Los Políticos
Erwin Bárcenas es uno de los mejores caricaturistas e ilustradores que hay en estos momentos, exagerando, a nivel nacional. De agudos trazos, contundentes, demoledores, que más que causar risa, deben provocar conciencia; hombre de pocas palabras pero suficientes para expresar en ellas un mensaje: Señores políticos… algo apesta en Dinamarca.
Su visión de la política le ha llevado a que algunas de sus ilustraciones molesten ya no tan solo a sus destinatarios, sino a los correligionarios de quienes son blanco de su crítica.
Recuerdo alguna vez que Ataúd, como se identifica a la hora de trazar, hizo el retrato de Fidel Herrera Beltrán montado sobre la clásica vestimenta de Porfirio Díaz.
Muy aparte del mensaje en sí, era fascinante ver cómo el trazo (en el rostro, la mirada, la forma de las cejas y la boca) le había dado al gobernador una personalidad que, a juicio de quien lo dibujó, era Fidel Herrera… un dictador.
Fue polémica…
Pues bien, Ataúd y yo pasamos largos minutos de la semana como una versión antagónica de Pinky y Cerebro: tratando de componer el mundo.
Por supuesto, el resultado es el mismo… es sumamente difícil, cual tarea de Heracles.
En estos últimos días hemos reflexionado sobre el papel de quienes son los receptores de sus ilustraciones y de mis escritos.
En el receptor percibimos sólo reacciones.
Es decir, es como cuando vemos un perro o un gato muerto sobre la calle. Maldecimos a quien lo haya matado, si en un momento dado hay un dejo de humanismo, pero no hacemos nada por evitar que las llantas sigan pasando sobre ese cuerpo.
Es igual con sus ilustraciones y mis escritos: Gustan o no, pero nada más.
Claro que más que una reacción quisiéramos una acción por parte del receptor.
Volviendo al asunto, el del receptor, Erwin y yo llegábamos a la conclusión de que nuestro visor o lector a veces sólo se conforma con estar informado, saber las últimas noticias, estar al tanto de la actuación de los principales personajes, tanto de espectáculos, política, deporte o lo que quiera, para no ser rebasado en su trabajo, en su entorno, por la competencia, bajo un mal entendido “la información es poder”.
Entonces, a veces me dan ganas de decirle a Erwin que tiro el arpa, que pesa a veces mucho hacerla de antagonistas de Pinky y Cerebro porque quisiera más que reacciones, movimiento por parte de un solo lector…
En serio que es difícil… ya que como “opinista” poco a veces se puede hacer que como “periodista”, “columnista” o “reportero”…
–¿Qué vamos a hacer mañana Erwin?
–Lo mismo que hacemos todas las noches, Chava: ¡Tratar de componer al mundo!
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