El condimento Benedicto XVI
por Erwin Bárcenas
Dice Don Salvador (mi Sr. padre) "Ninguna revolución a pasado sin consentimiento de la iglesia", frase que emerge en medio de un debate sobre luchas sociales, Marx, tesis, antítesis y síntesis.
Hoy, como una nueva versión de la frase de mi padre, la llegada de Benedicto XVI, AKA: Joseph Aloisius Ratzinger, simboliza una provocación o gran bandera de salida, a una nube de vapor concentrada durante muchos lustros, décadas, casi media centuria, aprisionada en la olla express de la vida socio-política nacional.
La "venida" del representante del dios católico en la Tierra esta provocando un descontento, una incomodidad irónica, brutal y con chuscas imágenes que rondan las redes sociales haciendo mofa de su parecido con el Emperador Galáctico de la saga Star Wars. Ratzinger se ha convertido en el objetivo clave para iniciar una movilización, mas que antirreligiosa, una que tiene como objetivo mostrarle a los tres poderes de la unión: Político, Religioso y Económico, que el pueblo, sus empleados, sus gobernados y sus creyentes, ya no están conformes con el modo de vida que han logrado.
Pero como toda nueva sociedad que entiende su nuevo rol, la mexicana aun esta en pañales. Después de 12 años en que el pueblo decidió que Fox tuviera el privilegio de darle el puntapié para sacar al PRI de Los Pinos, no se ha madurado mucho, hoy la animadversión que muestra al Papa actual es por mucho, solo por simpatías o gustos mas que por una reflexión bien planteada.
A Benedicto lo están acusando de ser hoy el jefe del Cártel de San Pedro, el Patrino de la casa Cristialonne , pero ¡oh! gran y mayor pecado capital, no querer al México Siempre Fiel como lo hacía su predecesor. Hoy la mayoría entiende que Juan Pablo II también tenia las manos manchadas, la túnica apestada por el mal proceder de los miembros inferiores de su fe, pero ¿cómo odiar al que hablaba bien de nosotros como país? ¿Como cuestionar por los crímenes de sus empleados al patroncito bonachon que era mi hermano del alma, realmente mi amigo, dijera Roberto Carlos?
Durante el papado de Juan Pablo II, se encubrieron muchos de los crímenes, sexuales o no, a manos de sacerdotes, religiosos y religiosas al servicio de la iglesia católica, ya fuera la constante supervición de Ratzinger o demás secretarios del Vaticano, siempre fue bajo el mandato de Juan Pablo II y recordemos que tanto peca el que mata la vaca como el que peca por pensamiento, obra u omisión.
Hoy el caldo de las inconformidades en la sociedad Mexicana no podía recibir mejor condimento para quedar a punto de revolución que el arribo del representante que faltaba al lado del Presidente y los empresarios... el de la iglesia, que acaba de consentir, sin querer, el inició de lo que puede ser la próxima revolución.
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